CLUB DE COTORRAS

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Muy de madrugada cruzamos a la ribera occidental del Nilo para visitar la Necrópolis de Tebas. Nuestra primera parada fue el Valle de los Reyes,que recibe este nombre porque fue escogido por reyes, nobles y artesanos como lugar de descanso y transición hacia el más allá. Visitamos tres de las tumbas. La de Thutmosis III se caracteriza por estar pintada con figuras muy estilizadas, es como si fueran trazos simplemente y en la que aún puede verse en su interior el sarcófago funerario. Visitamos también las tumbas de otros dos faraones, Ramsés IX y un tercero cuyo nombre no consigo recordar en este momento.

Después fuimos al Valle de los Artesanos conocido como Deir el-Medina donde se observan las ruinas de una gran ciudad. Allí vivían artesanos que construían las tumbas de los faraones y visitamos una tumba de un artesano. A falta de dinero para construir grandes excavaciones construían pequeñas tumbas que decoraban profusamente con bellos colores y que gracias a que no eran interesantes para los ladrones se conservan en un estado impecable.

A continuación nos dirigimos al Templo Funerario de Ramses III conocido por Madinat Habuy y que se compone de 2 pilonos, 2 patios y 3 salas hipóstilas, además de un embarcadero y un canal que lo unía con el Nilo, destinado a llevar a cabo las procesiones religiosas en barco del dios. A pesar de los numerosos lugares que hemos visitado no dejo de sorprenderme ante la grandiosidad de estos monumentos y la magia que transmiten.

Más tarde nos dirigimos al Templo Funerario de la Reina Hatshepsut conocido por Deir el-Bahari. Esta reina merece que contemos su historia ya que durante su reinado que duró 23 años no hubo ni una sóla guerra en Egipto, sólo 6 pequeñas escaramuzas. Su sucesor y hay quien dice su asesino, trató de borrarla de la historia, destruyendo sus imágenes y los cartuchos jeroglíficos en los que aparecía su nombre pero, por suerte, no lo logró. La reina fue enterrada en el Valle de los Reyes.

De camino de regreso a la ribera oriental nos encontramos con los Colosos de Memnón, dos gigantescas estatuas de piedra que representan al faraón Amenhotep III situadas en la ribera occidental del Nilo. Son los únicos restos visibles del templo funerario de este faraón. Las estatuas de 18 metros de altura presidian la entrada monumental del templo y fueron talladas sobre bloques traídos expresamente desde Gebel el Ahmar por orden del arquitecto del templo.

Para descansar un poco nos llevaron a una fábrica de alabastro. Allí nos explicaron la forma artesanal de trabajarlo. Cómo a partir de un bloque macizo que era enterrado en el suelo y al que se hacía el agujero central girando una manivela con una especie de cuchillo a su fin se le iba dando forma y una vez conseguido se metía en un horno hasta conseguir que la luz pasara a su través.

A continuación regresamos a la orilla oriental y visitamos el templos de Karnak Este complejo arquitectónico es el centro religioso conocido más antiguo del mundo. El Templo de Karnak es el más grande del mundo que exhibe monumentos que datan desde el Imperio Medio (s.XXI a.C.) hasta la época de los romanos (s.VII d.C.). El templo principal estaba dedicado al culto del dios Amón, pero como en otros templos egipcios también se veneraba a otras divinidades.
El complejo de templos de Karnak lo componen: el gran templo deAmón (dios principal), el recinto de Montu (dios de la guerra), el recinto de Mut (diosa madre), el templo de Jonsu (protector de los enfermos y que representaba la fertilidad de la Tierra, el poder germinador, y los nacimientos) , el templo de Opet (diosa de la fertilidad, protectora de las embarazadas), y el templo de Ptah (maestro constructor). Existía también un lago sagrado, numerosos templetes y capillas de menor tamaño, y múltiples estancias y almacenes situados dentro de los muros que circundaban el recinto principal. La diferencia principal entre el templo de Amón en Karnak y la mayoría de los templos egipcios es el tiempo y esfuerzo empleados en su construcción y posteriores ampliaciones. Unos treinta faraones contribuyeron con sus edificaciones convirtiendo al complejo en un conjunto, que por su tamaño (unas treinta hectáreas), no se había conocido jamás.

Ya exhaustos fuimos a una fábrica de esencias de perfumes donde nos ofrecieron un karkadé helado y masajes. Nos explicaron la elaboración de esencias y nos ofrecieron distintos tipos de ellas, tanto las que son base de perfumes como las utilizadas medicinalmente. Una sóla gota de esencia y el perfume dura durante todo el día.

En la tarde viajamos en autobús a Hurghada, Gurdaqa en árabe. El camino lo hicimos ya sólo 6 del grupo, el resto regresaba a España. Nuestro conductor sólo hablaba cuatro palabras de inglés. A medio camino, en medio de la nada, paramos en un local para tomar unos refrescos y comer alguna cosa. Un grupo de niñas se nos acercaba con su burrito y una cabrilla, no pedían nada, sólo miraban. Les dimos unas libras y unas de Pringles y se sentaron felices a comerlas junto a otras niñas. ¡Qué poco cuesta hacerles felices!

Por fin llegamos a Hurghada. Nos quedamos en nuestro hotel, donde fuimos recibidos por nuestro nuevo guía Abdou y los otros cuatro siguieron hacia otro hotel. El hotel era magnífico, a orillas del Mar Rojo, con varias piscinas y restaurantes y por las noches en un templete actuaban músicos de jazz. Esa noche estábamos agotados así que nos fuimos a descansar, queríamos estar bien activos para disfrutar de ese mar.

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