La retirada de fondos pone contra las cuerdas al principal instrumento financiero en la lucha contra la enfermedad, que se enfrenta a la peor situación presupuestaria desde su creación hace 10 años. De estas ayudas dependen la mitad de las personas en países pobres que reciben tratamiento para mantener a raya el VIH. Las consecuencias, según la ONG "Salud por derecho", se medirán en «vidas perdidas».
Hace un año España estaba en la sexta posición como donante al fondo. El Gobierno español se había comprometido a aportar entre 2008 y 2010 unos 600 millones de euros. En 2010 ya recortó la cantidad en 89 millones, pero pese al tijeretazo aportó 103 millones.
A juicio de Vanesa López, directora de Salud por Derecho, «la situación económica que atraviesa España y la reducción de la Ayuda Oficial al Desarrollo quizás no permitan mantener nuestras aportaciones al mismo nivel que en los últimos años». Ahora bien, prosiguió, esto no justifica que el país «haya dejado completamente de lado y de manera tan abrupta a 200.000 personas que dependían de su contribución anual al Fondo Mundial para seguir recibiendo medicamentos».
Artículo de ABC
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