CLUB DE COTORRAS

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Juan de Lepe era un marino de esta localidad onubense cuyo carácter debía ser una mezcla del Lazarillo de Tormes (pícaro) , Juan Tamariz (tahur) y el Follonero (bromista y descarado) que los avatares de la vida le llevaron a la corte del rey de Inglaterra, Enrique VII. Llegó a ser una mezcla de confidente y bufón del rey. El desapacible clima de la isla hacía que rey y plebeyo pasasen las horas, al calor del hogar, tomando unas cervezas y jugando una partida de cartas o de ajedrez. El rey inglés tenía fama de tacaño y las apuestas no pasaban más de allá de alguna moneda hasta que un buen día, pensando que Juan se echaría atrás, se jugó las rentas de Inglaterra a una mano – aunque luego lo dejó en las de un día -. Juan, sin inmutarse, aceptó.
Y el resultado… Juan de Lepe ganó y fue rey de Inglaterra durante un día (The little King of England). Se dio una gran fiesta en su nombre y Juan aprovechó la ocasión para llenarse los bolsillos. Tras la muerte de Enrique VII, en 1509, el lepero decidió regresar a su casa antes de que Enrique VIII decidiese su destino. Ya en su pueblo natal, se dedicó a disfrutar de la vida, y de su fortuna, pero también quiso ganarse el retiro celestial y donó parte de sus riquezas al Monasterio Franciscano de Lepe con una condición: cuando falleciese se debería grabar en su lápida, a modo de epitafio, sus hazañas.
Así sea…
Y aunque a fecha de hoy no se conserva, sabemos que se hizo por la obra Origine Seraphicae Religionis (1583) del padre Francisco de Gonzaga:
En la Iglesia de este convento (Ntra. Sra. de la Bella) aún se ve el sepulcro de cierto Juan de Lepe, nacido de baja estirpe del dicho pueblo de Lepe, el cual como fuese favorito de Enrique VII rey de Inglaterra con él comiese muchas veces y aun jugase, sucedió que cierto día ganó al rey las rentas y la jurisdicción de todo el reino por un día natural, de donde fue llamado por lo ingleses el pequeño rey…

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