Hoy es el día de Cristina Barat. Queremos desearte que pasea un día estupendo con toda tu gente. Feliz cumpleaños
.
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Conexiones más lentas, páginas que no cargan, la señal de la radio
online que se interrumpe justo cuando nuestro equipo va a marcar el gol
de la victoria. Puede que sea un problema técnico, pero también puede
que alguien nos esté robando el WiFi. Un 12,5% de los usuarios deja su
red desprotegida y/o desconoce su estado, y casi un 26% ignora con qué
sistema está asegurada, según el último Estudio sobre la Ciberseguridad y
Confianza de los hogares españoles, realizado por el Observatorio
Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información
(ONTSI) y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
Los
expertos de seguridad informática advierten que las redes Wi-fi
disponibles en espacios públicos son un blanco fácil para los
ciberdelincuentes, ya que muchas veces tienen una seguridad muy débil.
Para defendernos, debemos eliminar el historial de las redes a las que
nos conectamos. “Hay que tener el menor número posible de redes
almacenadas, porque los atacantes las conocen y podrían suplantarlas. Se
suelen poder borrar desde la pantalla de configuración”, explica Raul
Siles, analista en Dinosec.
La
Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) sugiere también que evitemos
comprar online e intercambiar datos sensibles a través de conexiones
abiertas. Además, nos invita a comprobar que la señal a la que nos
vayamos a conectar sea la oficial del lugar en el que estemos, a
mantener nuestros dispositivos actualizados e intentar conectarnos a
páginas provistas de certificado de seguridad.
Víctor
Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, advierte que la
cuestión va más allá de la molestia causada por tener una conexión más
lenta. “El problema surge cuando los hackers convierten tu ordenador en
un PC zombi: toman el control de tu dispositivo para hacer phishing,
generar spam o cometer cualquier otro tipo de delito con nuestra
dirección IP”, asegura.
El
robo del WiFi representa una falta administrativa penada con una
sanción pecuniaria solo cuando supera los 400 euros de facturación,
explica Jorge Oria del despacho Abril Abogados. Sin embargo, si la
conexión se usa cómo vehículo para cometer crímenes —sustraer números de
tarjetas de crédito, suplantar la identidad o descargar pornografía
infantil, por ejemplo—, el Código Penal prevé penas de reclusión de
entre seis meses y tres años. Lo peor, explica Oria, es que se trata de
circunstancias difíciles de detectar: “Generalmente lo descubrimos solo
cuando nos vienen a detener”.
Por
todas estas razones es recomendable tener bajo control nuestra
conexión, así como reforzar su seguridad para evitar sorpresas.
1. Cómo descubrir al intruso
Una
conexión más lenta es solo una de las señales que nos deben de hacer
saltar las alarmas. Marcos Gómez, subdirector de operaciones de INCIBE,
explica que otro indicio nos lo dan los errores al cargar páginas con
una alta disponibilidad de servicios, como Google. “Además, si no tienes
ningún dispositivo conectado y el router parpadea mucho, preocúpate”,
alerta.
Herramientas
gratuitas online. Para descubrir si alguien más está utilizando nuestra
señal, Víctor Domingo aconseja rastrear nuestra red a través de una
serie de softwares gratuitos. Existen métodos específicos para Microsoft
Windows (Wireless Network Watcher o Microsoft Network Monitor), así
como para Apple (Mac OS X Hints) y dispositivos móviles o Android (Fing,
Network Discovery, Net Scan) e iOS (Fing, IP Network Scanner, iNet). La
desventaja de estas herramientas es que detectan solo los equipos que
están conectados a nuestra red en el preciso instante en el que
realizamos la verificación.
Accede
al registro del router. Para acceder a la interfaz de administración
del router, hay que teclear su dirección IP en la barra del navegador.
Esta —normalmente 192.168.1.1— se encuentra en la información
proporcionada por el fabricante; en alternativa la podemos averiguar
dándole al botón inicio y tecleando cmd en el espacio donde aparece la
lupa. En el recuadro que se abre, introducimos el comando ipconfig /all y
después intro. Los números que se corresponden a la voz puerta de
enlace predeterminada son la dirección IP de nuestro router. En un
dispositivo Apple, en la lupa digitaremos la palabra terminal y luego
netstat –r. La dirección aparecerá bajo la voz gateway. Llegados a este
punto, copiamos la dirección en la barra del navegador. Se abrirá la
interfaz de configuración del router. El nombre de usuario y contraseña
suelen estar apuntados en el manual del router o en la pegatina que está
debajo de ello. Si no los encontramos, podemos buscarlos en las páginas
que los recopilan según la marca y modelo del router.
Ahora
viene el momento de buscar el historial de los dispositivos que se
hayan conectados a nuestro Wi-Fi. Lo encontraremos, generalmente, en el
apartado DHCP o en el registro de los equipos asociados a la red. Ya que
la IP de nuestros aparatos puede cambiar, hay que identificar al
intruso a través de la dirección MAC, es decir, la dirección física de
cada dispositivo. Este número, de 12 caracteres entre cifras y letras,
ya nos ha aparecido anteriormente al ejecutar el comando ipconfig /all
bajo la voz dirección física —para que aparezca en Apple, tras digitar
netstat –r, tendremos que escribir ifconfig seguido por el nombre de la
tarjeta asociada (que aparece bajo la voz netif) y buscar el número
asociado a la palabra ether—. Otra forma para averiguar este código,
tanto en ordenadores como en móviles y tabletas, es entrando a las
opciones avanzadas de las propiedades de la tarjeta de red.
2. Fortalece la seguridad de tu conexión
Cambia
el nombre y la contraseña de la red. Raul Siles, exalumno de la Escuela
Técnica Superior de Ingenieros Informáticos y fundador de la empresa de
seguridad informática Dinosec, sugiere que cambiemos el nombre de
nuestra red (SSID) —por defecto proporcionado por el fabricante—, así
como su contraseña. “En lugar de una palabra, es mejor una frase
superior a los 20 caracteres. Por ejemplo:
estaeslaclavedeseguridaddemicasa. Será más difícil de averiguar y más
fácil que nos acordemos de ella”, sugiere. Para aumentar aún más la
seguridad, Siles aconseja modificar también la contraseña de acceso a la
interfaz de administración del router.
Refuerza
el protocolo de seguridad. El mejor sistema para proteger nuestra red
doméstica es el protocolo WPA2-PSK, recomienda Siles. “Éste se
selecciona en la interfaz del router. Si la configuración nos permite
modificar también el encriptado, tenemos que elegir la opción AES”,
añade.
Usa
el filtro MAC. La empresa de seguridad informática Kaspersky aconseja
incluir en el panel de administración del router las direcciones MAC de
nuestros dispositivos, de modo que sean los únicos “autorizados” a
conectarse a la red. El inconveniente de este sistema es que tendremos
que cambiar la configuración del aparato todas las veces que tengamos
que conectar un nuevo dispositivo, por ejemplo cuando algún huésped nos
pida utilizar nuestra señal.
Inhabilita
la administración remota y oculta tu red. Marcos Gómez, de INCIBE,
sugiere modificar la configuración del router para que podamos acceder a
su interfaz solo a través del cable LAN y no por red inalámbrica. Antes
habrá que averiguar si nuestros dispositivos tienen puerto de acceso
para el cable, ya que las tabletas y algunos modelos de portátiles no
disponen de ello. “También puedes elegir ocultar tu router, para que
nadie lo vea”, añade Gómez: “Y, si te vas de vacaciones, apágalo, por si
hay algún listo que quiere aprovechar de que te has ido para hacer lo
que quiera”.
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1.
Sólo usamos el 10% de nuestro cerebro. Un mito que se resiste a morir y
que es incluso el punto de partidas de películas recientes como Lucy.
The Guardian lo llama “el mayor mito sobre el cerebro de la historia”:
un 48% de los profesores británicos lo cree. Según Snopes, ni siquiera
está claro su origen. Lo cierto es que usamos todas las áreas de nuestro
cerebro, incluso cuando estamos descansando. Es verdad que el cerebro
es muy plástico (podemos vivir con medio) y que no usamos todo a la vez,
ya que algunas zonas están especializadas: cuando caminamos, por
ejemplo, las partes centradas en la actividad motora son más activas que
otras. Pero no hay una parte del cerebro que no haga nada y que esté
esperando a que la activemos para tener superpoderes.
2.
Las neuronas no se pueden regenerar. Desde los años 90 hay pruebas de
que el cerebro tiene capacidad de regeneración, al menos en algunos
casos e incluso después de un infarto cerebral, gracias a la
neurogénesis.
3.
Uno de los hemisferios del cerebro es dominante y eso determina si
somos más artísticos o más racionales. Sí que es cierto que hay zonas
del cerebro que están especializadas: el lenguaje se procesa en el
hemisferio izquierdo, por ejemplo. Pero no es cierto que uno de los
hemisferios domine sobre el otro, con independencia de lo bueno que sea
uno con las palabras. En este vídeo hay otros cinco mitos más sobre el
cerebro:
4.
Las partes de la lengua están especializadas en diferentes sabores.
Aunque es algo que muchos aprendimos de niños, los receptores de sabor
están distribuidos por toda la lengua. Como recoge el New York Times, sí
podría haber diferencias en cómo hombres y mujeres detectamos los
sabores amargos, salados y ácidos. Además de eso, hay un quinto sabor,
umami, que significa “sabroso” y que está presente en las proteínas.
5.
El alcohol te mantiene caliente. Los licores dan sensación de calor,
pero el alcohol baja la temperatura del cuerpo, con lo que realmente es
peligroso beber alcohol cuando hace mucho frío. Lo mismo pasa con el
café, según Mental Floss.
6.
Y mata neuronas. Aunque algunas mañanas parezca que los gintonics de la
noche anterior hayan arrasado nuestro cerebro, el alcohol no llega a
matar neuronas. Eso sí, el consumo excesivo durante mucho tiempo puede
dañar las conexiones entre estas células y causar atrofia y degeneración
(reversibles).
7.
El frío causa resfriados. Los resfriados vienen provocados por un virus
que viaja por vía aérea “a través de las gotitas originadas al hablar,
toser o estornudar”, no por el frío en sí. Como añade la OCU, cuando
hace frío, pasamos más tiempo en espacios cerrados y en zonas comunes
(colegios y oficinas). Además, en las regiones con poca humedad, las
fosas nasales se secan más fácilmente. Todo esto contribuye a que sea
más fácil contagiarse. (Además y como nos avisan en Twitter, el frío
puede debilitar el sistema inmune, lo que facilitaría los resfriados).
8.
Y la vitamina C los previene. No hay ninguna prueba que confirme esta
relación, si bien es cierto que una alimentación sana nos ayuda a
mantenernos sanos y una alimentación sana incluye fruta y vitamina C. Si
es cierto que esta vitamina podría ayudar a reducir el tiempo que dura
la enfermedad, según algunos estudios.
9.
Las uñas y el pelo siguen creciendo después de muertos. Un cadáver no
puede producir nuevas células. BBC explica que la piel que rodea las
uñas se deshidrata y por eso parecen más largas. Lo mismo ocurre con la
piel de la barbilla, lo que lleva a que parezca que la barba crece. Da
miedo igual.
10.
Crujir los dedos causa artritis. Ese ruido en los nudillos se forma por
burbujas de gas que se acumulan en las articulaciones de los dedos y no
tiene efectos nocivos.
11.
Si te tragas un chicle, tardas siete años en digerirlo. Esta
advertencia que todos oímos de niños es falsa: los chicles no se quedan
pegados al estómago o a los intestinos, ni tardan más en ser eliminados,
a pesar de que, como recuerda Snopes, “llegan al otro lado sin cambios
sustanciales”.
12.
Tenemos cinco sentidos. Aparte de los cinco sentidos tradicionales que
ya catalogó Aristóteles, tenemos unos cuantos más: entre 9 y 20,
dependiendo de la definición que usemos. Estos incluyen la
propiocepción, que nos permite saber dónde están las diferentes partes
de nuestro cuerpo, los sensores de temperatura (termocepción), del dolor
(nocicepción) e incluso el sentido del equilibrio. Algunos apuntan que
lo más fácil es dividirlos en tres grupos: mecánicos (tacto, oído y
propiocepción), químicos (gusto, olfato y los sentidos internos) y la
luz.
13.
Cortarse el pelo (y afeitarlo) lo hace más fuerte. Aunque lo parece por
un tiempo, ya que cada cabello acaba en punta y cuando lo cortamos o
afeitamos, lo hacemos por el tallo.
14.
“Rápido, orina en esa picadura de medusa”. El vinagre y la orina no son
buenas ideas para calmar el dolor de una de estas picaduras.
15.
El estrés hace que se te vuelva el pelo blanco. No exactamente: el
estrés provoca que se te caiga el pelo y el cabello con pigmento es más
débil, por lo que estos se caen y las canas se quedan. Es decir, si ya
tienes canas, el estrés te dejará sólo con ellas. Si no tienes canas,
corres el riesgo de quedarte calvo.
Animales
16.
Los avestruces esconden la cabeza bajo tierra. Bajan la cabeza a ras de
suelo para pasar desapercibidos y parecer un arbusto, aunque es más
normal que corran.
17.
Los lemmings se suicidan en masa. Como explica Io9, estos roedores del
ártico pasan por ciclos de población en los que se multiplican por 100 o
incluso por 1.000, para luego descender hasta casi la extinción, ya que
dependen de climas muy fríos para reproducirse. En los picos de
población, muchos grupos de lemmings se ven obligados a emigrar y,
ocasionalmente, caen por acantilados. Pero por accidente. No se arrojan
al vacío. Estos ciclos de poblaci´n tan bruscos llevaron a varias
leyendas, incluida la de que se arrojaban al mar. Un documental de
Disney (sí, Disney) de 1958 dio esta leyenda por cierta y los autores
decidieron comprar un camión lleno de lemmings y empujarlos por un
barranco para simular lo que en su opinión la naturaleza hubiera hecho
de todas formas. Este vídeo recoge el aterrador fragmento.
18.
Según la física, el abejorro no podría volar. La abeja era el insecto
de la historia original, que se habría originado en la Alemania de los
años 30 (fíate tú). Como recogía en su blog Javier Armentia, director
del Planetario de Pamplona, “en movimiento, la abeja crea una serie de
turbulencias que explican sus sustentabilidad”. Aunque no se trata de un
proceso sencillo, ningún científico -ni cualquier otra persona sobria,
añado- ha dudado jamás de que un abejorro pueda volar, ya que todos han
visto a alguno volando.
19.
Los tiburones no enferman de cáncer. Pues sí, y de todo tipo. Así que
conviene no fiarse de los productos hechos con cartílago de tiburón que
aseguran prevenir esta enfermedad.
20.
La memoria de los peces dorados dura sólo unos segundos. Estos peces
pueden aprender, retener información y usarla posteriormente, como
muestra un experimento en el que tras unas semanas dejando comida en el
mismo sitio, el pez se acercaba a ese lugar antes de ver la comida y
cuando le tocaba. También pueden aprender a distinguir y recordar
música. Lo explica Mental Floss.
21.
Los perros sudan salivando. Regulan la temperatura sobre todo con la
respiración, jadeando con la boca abierta. La mayor parte de sus
glándulas sudoríparas están en las plantas de sus patas.
22.
Los toros no ven el color rojo. Es cierto que el toro embiste por el
brillo y el movimiento del capote. Pero estos animales sí distinguen el
color rojo, si bien es cierto que no les enfada. En el programa de
televisión Mythbusters sometieron este mito a prueba.
23.
Los patos no hacen eco. Sus graznidos tienen eco, aunque el espectro de
este sonido es difícil de percibir por el oído humano, como explica
Quo.
24.
Los murciélagos son ciegos. Ven casi tan bien como los humanos. Se
orientan gracias a sus ojos, al sónar de ultrasonidos, que les ayuda a
cazar insectos en la oscuridad, y a una brújula interna.
25. Las moscas viven 24 horas. Las moscas comunes viven entre 15 y 25 días.
26.
Un año de perro son siete años de humano. Los perros envejecen a otro
ritmo, pero esta famosa equivalencia no es exacta. Los perros crecen
mucho más rápido durante los dos primeros años y, de hecho, alcanzan la
madurez sexual ya en el primero, que equivaldría a unos quince años
humanos. Priceonomics publica una tabla que da la equivalencia, que
también depende del tamaño del perro.
27.
Nos tragamos ocho arañas al año mientras dormimos. Tal y como recoge
Snopes, el mito ya se desmintió en un libro de 1954, aunque se resiste a
morir. Snopes cita a Scientific American, que asegura que las arañas
probablemente encuentran aterrador a un humano dormido. Menos mal.
Mental Floss desmenuza la leyenda urbana en este artículo, que hace
referencia a que Snopes explica que su difusión reciente se debe a un
artículo de la revista PC Professional de 1993, que quería demostrar que
nos creemos cualquier cosa que nos envían por mail. La autora, Lisa
Holst, propuso su propia lista de hechos inventados y ridículos. Pero en
internet nadie ha conseguido encontrar a Lisa Holst. ¿Existe ese
artículo? ¿Es otro mito? Este es uno de los grandes misterios de
internet.
28.
Los delfines son los animales más inteligentes después de los humanos.
No lo parece. Tal y como relata Jessa Gamble, comprenden signos, como
los primates y los loros, pero recuerdan menos que muchos perros. Se
reconocen en los espejos, pero también lo hacen muchos animales. En la
revista Spiegel explican el origen del mito y la polémica actual.
Ciencia y vida cotidiana
29.
El agua del fregadero gira en sentido contrario en el hemisferio sur.
Tal y como recoge Xataka, el efecto Coriolis existe y afecta a
depresiones atmosféricas y huracanes, pero es muy débil y sólo produce
consecuencias significativas a largo plazo. Por tanto, no llega a
afectar al desagüe, que se ve más influido por otros factores, como la
inclinación de la bañera, por ejemplo.
30.
Escuchar a Mozart nos hace más inteligentes. El famoso experimento de
1993 que dio con un efecto Mozart en bebés menores de tres años se ha
repetido varias veces sin éxito. Lo cual no quita que escuchar a Mozart
esté bien, sólo faltaría.
31.
Las vacunas provocan autismo. El estudio del doctor Andrew Wakefield
sobre la asociación de la vacuna triple vírica con el autismo falseó
datos, fue retirado por la revista que lo publicó, The Lancet, y se
desmontó tras un estudio con 1,3 millones de niños.
32.
Si todos los chinos saltaran a la vez, alterarían el eje de rotación de
la Tierra. Como recogen en Xataka, citando 100 mitos de la ciencia, de
Daniel Closa i Autet, “la Tierra pesa diez billones más que todos sus
habitantes humanos juntos”, por lo que “sería como si una mosca saltara
sobre la superficie de un barco”.
33.
No hay que despertar nunca a un sonámbulo. Es posible que el sonámbulo
se muestre molesto y desorientado. Más o menos como cuando nos sacan de
un sueño profundo. Es desagradable, pero no hay peligro de infarto ni de
coma, y en caso de riesgo puede ser hasta recomendable (no vaya a
tropezar y caerse). Eso sí, en la BBC recomiendan intentar llevar al
sonámbulo cuidadosamente a la cama sin despertarlo.
34.
Si algo de comida cae al suelo, tarda 5 segundos en contaminarse.
Cuanto menos tiempo pase ese trozo de chocolate en el suelo, menos
posibilidades tendrá de contener bacterias, recoge Scientific American.
Hay otras variables que influyen, como el tipo de suelo (la madera sería
lo peor) o si la comida está húmeda. Pero la mayoría de estudios
coincide en que si la superficie está contaminada, no hay diferencia
sustancial entre tres o quince segundos: mejor no arriesgarse.
35.
Si orinas en la piscina, un componente químico hará que el agua se
vuelva roja en contacto con la orina. Según Snopes, este mito se remonta
como mínimo a 1958, pero no hay ningún compuesto que actúe sólo contra
la orina y no contra otros componentes orgánicos similares. Snopes
también recuerda que muchos niños incluso orinarían voluntariamente sólo
para ver el tinte. En este blog de la tienda de piscinas Gunitec,
Marcos Gisbert explica que incluso ha preguntado a proveedores por este
tinte para acabar de confirmar si se trata de una leyenda urbana: nadie
lo tenía. Así que puedes hacerlo sin riesgo a quedar en evidencia. Pero
no lo hagas. Por favor.
36.
El suero de la verdad funciona. En la BBC probaron el tiopentato sódico
para poner el mito a prueba. Es cierto que desinhibe, como el alcohol, y
vuelve más sugestionable, pero no es fiable. De hecho y durante el
interrogatorio simulado, el periodista comenzó explicando (entre
carcajadas) que era “un cirujano cardiaco mundialmente famoso”. Cuando
se le incrementó la dosis, admitió su verdadera profesión. Pero estos
sueros apenas tienen efecto en quien no quiera contar nada.
37.
Cuando alguien dispara un arma con silenciador, apenas suena un
silbido. Depende del arma, pero el disparo se seguiría oyendo y no se
convertiría en el mejor amigo de un asesino discreto, tal y como
explican en este hilo de Quora. Se usan sobre todo para cazar o para
defensa doméstica. En Quora incluyen este vídeo de un ruso disparando un
escopetazo con un silenciador. Aquí hay otro ejemplo más discreto, que
permite comparar.
38.
Los bebés se parecen más a sus padres porque así es como la naturaleza
les recuerda que son realmente suyos. Aunque este mito está basado en un
estudio de los años 90, otros estudios lo han negado e incluso sugieren
que en realidad los bebés se parecen menos a sus padres que a sus
madres porque así habría más seguridad de que el padre cuidaría de este
bebé, ya que asumiría que es suyo, se le parezca o no.
39. Dejar los fluorescentes encendidos ahorra. Consumen más energía al encenderse, pero no tanta como para compensar.
40.
Los huevos pardos son más sanos que los blancos. El color del huevo
depende del tipo de gallina, pero no hay más diferencia. Ni siquiera en
el sabor. Si notamos un color diferente en la yema, es por la
alimentación de la gallina, no por el color de la cáscara, cuyo grosor,
además, depende de la edad de la madre. En España cuesta encontrar los
blancos porque hace años se comenzaron a asociar los pardos con los de
corrales tradicionales, tal y como explican en el blog Directo al
paladar.
41.
Einstein suspendió matemáticas. Nunca fue un mal estudiante y, de
hecho, empezó a estudiar cálculo tres años antes que el resto de sus
compañeros. Sí es cierto que recibió ayuda de otros matemáticos a la
hora de desarrollar su trabajo, incluida Mileva Maric, su primera
esposa. Este es el posible origen del mito.
42.
No hay Nobel de matemáticas porque la mujer de Alfred Nobel le fue
infiel con el matemático Gosta Mittag-Leffler, que hubiera podido ganar
el premio. Como recuerda Snopes, aunque Nobel tuvo tres amores
importantes, nunca se casó. Por otro lado, había más candidatos que
podrían haberle disputado el premio a Mittag-Leffler, como Henri
Poincaré y David Hilbert. No se sabe por qué no hay Nobel de
matemáticas, pero podría deberse a que el rey de Suecia ya financiaba el
que concedía la revista Acta Mathematica y Nobel quizás no quiso
competir con un soberano. Es posible que considerara que era una ciencia
demasiado teórica. O puede que simplemente no le interesaran.
43.
Hubo tres Reyes Magos. Como recuerda Umberto Eco en Historia de las
tierras y los lugares legendarios y en su novela Baudolino, y al margen
de que su existencia no está confirmada, los evangelios sólo hablan de
magos, sin indicar cuántos eran, cómo se llamaban y si eran reyes.
Aunque sí había tres regalos, las tradiciones hablan de dos y a veces de
doce reyes magos, con nombres como Hormidz Jazdegard, Hor, Basander,
Karundas... En el siglo V, el papa León I dejó el número en tres y el
siglo siguiente se les asignaron sus nombres. Además, Baltasar no fue
negro hasta finales del gótico, cuando se decidió que serían un blanco,
un árabe y un africano, "para sugerir la universalidad de la redención".
44.
La doncella de hierro es un instrumento de tortura de la Edad Media.
Este sarcófago con clavos en su interior es una invención del arqueólogo
Johann Siebenkees, que la fabuló en 1793 basándose en cuentos
tradicionales. También se contaba en el siglo XVII que la condesa
húngara Erzébet Báthory usaba este instrumento para obtener más sangre
de sus víctimas.
Naturaleza
45. Hay un lado oscuro de la Luna. Desde la Tierra sólo vemos el 59% del satélite, pero el otro 41% también recibe luz solar.
46.
Si saliéramos al espacio sin traje, explotaríamos. La forma de morir en
este caso es bastante más aburrida: la falta de oxígeno nos haría
perder la conciencia en sólo 15 segundos. No puedes coger aire y
aguantar la respiración: no hay presión atmosférica y si tuvieras aire
en los pulmones, se expandiría y te los destrozaría. Una vez
inconsciente, aguantarías vivo durante un par de minutos y morirías por
no poder respirar, por la radiación o, probablemente, por un infarto. No
morirías congelado porque el vacío ayudaría a mantener el calor en tu
cuerpo.
47.
La NASA se gastó millones de dólares en desarrollar bolígrafos que
funcionaran sin gravedad. Los rusos usaron un lápiz. Esta historia es
muy bonita, pero no es auténtica, como cuenta Snopes. En los primeros
vuelos, los astronautas rusos y americanos usaban lápices, pero no eran
una herramienta apropiada: la punta se rompe, lo que no es agradable sin
gravedad, y además son inflamables, por lo que suponen un riesgo en
caso de incendio. El boli espacial lo desarrolló una empresa privada por
su cuenta, la Fisher Pen Co., y la NASA los compró, después de
probarlos, a un precio razonable.
48.
El Sol es amarillo. Lo vemos amarillo por la atmósfera, pero en
realidad es blanco. De hecho y tal y como explica IFL Science, las fotos
de astronautas a menudo se retocan para que lo veamos como estamos
acostumbrados.
Desde el espacio o cuando está lo suficientemente alto, el Sol se ve de
color blanco. Geoff Elston / Society for Popular Astronomy
49. El sol es una bola de fuego. La reacción es nuclear, no química: el sol brilla, pero no está en llamas.
50.
Puedes ver la Gran Muralla China desde el espacio. Aunque hay polémica
al respecto, lo cierto es que la gran muralla sólo tiene unos metros de
ancho, tanto como una carretera o un aeropuerto. Además, es de un color
similar al del suelo que la rodea. Sí hay construcciones humanas que se
pueden ver desde el espacio, como los invernaderos de Almería, el
Parlamento de Rumanía y la mina de cobre de Kennecot.
51.
Los diamantes son trozos de carbón sometidos a presión extrema. En
realidad, son minerales con carbono que se han expuesto a estas altas
presiones. Los diamantes tienen entre tres mil millones y mil millones
de años de antigüedad. El carbón tiene unos 300 millones de años.
52.
El agua conduce la electricidad. En realidad, el agua pura es un buen
aislante. Lo que conduce la electricidad son las impurezas, como las
distintas sales. Que es como la encontramos habitualmente, así que mejor
sigamos comportándonos como hasta ahora en lo que atañe a este punto.
53.
Si dejas caer un penique desde un rascacielos podrías matar a alguien.
Pesan muy poco y son aplanados, por lo que caerían casi (CASI) como una
hoja, explica Scientific American. Incluso aunque cayeran en el vacío,
no serían capaces de atravesar un cráneo. Aunque dolería. En Mythbusters
también lo pusieron a prueba. En sus propias carnes.
54.
Los girasoles siguen al sol. Sólo miran al sol de jóvenes, cuando
necesitan aprovechar al máximo la luz. Cuando crecen y maduran, se
quedan en una posición fija, orientados al este.
55.
“La supervivencia del más apto” o “la supremacía del más fuerte” es un
término de Charles Darwin. Es cierto que Darwin escribió la frase, pero
sólo en la introducción a la quinta edición de El origen de las
especies. Y estaba citando a Herbert Spencer, que la había acuñado en su
Principios de biología después de leer la primera edición del libro de
Darwin. Darwin escribió que había usado el término selección natural,
“pero la expresión utilizada a menudo por el Sr. Herbert Spencer de la
supervivencia del más apto es más exacta, y es a veces igualmente
conveniente”.
56.
El hombre viene del mono. Darwin tampoco dijo nunca tal cosa. Lo que
dijo es que monos y hombres tenemos un ancestro común, que como explican
en ABC Science fue un primate. Decir que venimos del mono es como decir
que somos hijos de nuestros primos, tal y como apuntan en The Guardian.
57.
Puedes hipnotizar a una serpiente con una flauta. Mejor no lo pruebes:
las serpientes son sordas y lo que las calma es el movimiento del
instrumento. La cobra mueve la cabeza no porque esté hipnotizada, sino
porque es la forma en la que observa mejor todos los movimientos.
58.
Las serpientes son sordas. No te puedes fiar ni de los artículos que
desmienten mitos, como este que estás leyendo. Aunque queden
hipnotizadas por el movimiento del flautistas antes mencionado, las
serpientes no son sordas. No tienen oído externo ni martillo, pero oyen
gracias a las las vibraciones que llegan a su cráneo y a su piel. Esto
les permite oír las vibraciones que se transmiten a través del suelo y
también los sonidos graves que llegan por el aire.
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Después
de comprender que los tonos del famoso vestido dependían de cómo varía
la percepción del color según el contexto, resurge en la red una nueva
ilusión óptica que nos ayuda a seguir descubriendo cómo funciona nuestra
cabeza.
El
efecto McCollough ha revivido gracias a un artículo del diario Daily
Mail que ha saltado a la comunidad online Reddit a través de Facebook.
Este experimento no solo juega con la interpretación de los colores,
sino que además incluye una amenaza, factor que lo hace doblemente
atractivo para los usuarios de las redes sociales: tu percepción del
color puede verse afectada (temporalmente).
En
1965, la psicóloga estadounidense Celeste McCollough aprovechó su año
sabático en Canadá para estudiar los efectos que producían las gafas
tintadas con varios colores, como las de las lentes 3D. A partir de esta
investigación descubrió un fenómeno de percepción visual: al mirar
durante un tiempo unas grillas en blanco y negro, después concentrarse
en otras de color verde y rojo y luego volver a mirar las primeras, el
ser humano tenía la sensación de verlas verdosas y en tonos rosas. Se
denomina post-efecto de color contingente a la orientación. Es decir,
tras inducir a una persona a mirar durante un determinado período un
dibujo se consigue un efecto concreto que puede durar horas, incluso
meses.
Antes
de probar el experimento, hay que tener en cuenta las posibles
consecuencias. Tras publicarse el estudio de McCollough muchos
psicólogos se interesaron por las secuelas en la percepción de los
colores. No existe una única conclusión para explicar por qué los
efectos duran tanto. En primer lugar concluyeron que no se trata de un
efecto en la retina, sino en el cerebro encargado de compensar las zonas
sin color rellenándolas. La propia psicóloga propuso que estos efectos
eran el resultado de la adaptación de las neuronas en la corteza visual,
las encargadas de codificar la orientación, la zona que reconoce un
objeto (en este caso las líneas de los dibujos).
Luego
llegó la investigación de los psicólogos Jones y Holding, que
descubrieron que esta percepción alterada podía llegar a durar meses. Y
con esta conclusión los medios de comunicación usaron este reclamo:
"Esta imagen te romperá el cerebro". Suficiente para provocar curiosidad
pese a los efectos colaterales.
Ahora tienes dos opciones: someterte a la prueba o quedarte con las ganas.
1. Mira durante por lo menos un minuto esta imagen.
2.
Repite la misma acción con esta de color verde y rojo. Primero mira un
cuadrado y luego el otro durante algo más de un minuto cada una.
3.
Vuelve a mirar la imagen en blanco y negro. Si has seguido bien los
pasos en vez de blanco y negro deberías ver tonalidades verdes y rosas. Y
si de verdad has cumplido con las instrucciones, esta sensación debería
durar más de un minuto.
4.
No te preocupes, el efecto no te va a durar meses. Según algunas
teorías, si ahora vuelves a mirar a esta imagen con los mismos colores,
pero con el sentido de las líneas cambiado, el efecto se habrá
corregido.
Si aún tienes dudas de lo que acaba de suceder, este joven divulgador científico llamado lo explica (en inglés) en un vídeo en YouTube que acumula desde enero más de 2.500.000 de reproducciones. Tom Scott lo compara con esa desagradable sensación que produce una canción pegadiza, por eso viaja hasta Disney World y aprovecha el tema Un mundo pequeño.
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La Paullinia cupana es un arbusto trepador de la familia Sapindaceae. Es originario de la Amazonia, encontrado en Paraguay, Perú, Brasil,Colombia, Costa Rica y Venezuela.
Su fruto, el guaraná, es rico en vitaminas y estimulantes como la cafeína por lo que es utilizado para consumos, principalmente como bebida.
Los frutos tienen cáscara amarilla, roja o anaranjada y cuando maduran deja ver la pulpa blanca y su semillas, de manera que parecen ojos. Las semillas contienen una substancia idéntica a la cafeína a veces llamada guaranina, otros estimulantes y vitaminas A, B y E.
El
fruto de guaraná es esférico, negruzco y brillante, asumiendo una forma
de cápsula dehiscente de 1 a 3 valvas, en cuyo interior hay sólo una
semilla . Una vez alcanzada la madurez completa, se abre parcialmente
dejando al descubierto las semillas.
Debido a su propiedad estimulante, es usada para la fabricación de jarabes, barras, polvos y gaseosas. En el Brasil es cultivado en los estados de Amazonas y Bahía.