CLUB DE COTORRAS

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Lo publicó este diario el sábado, en un estremecedor reportaje de Ferrán Balsells. Enrique Conesa, de 55 años, con un dolorosísimo cáncer terminal, está viviendo un espantoso tormento en sus últimas semanas de vida porque la morfina que toma por boca ya no le hace nada. El 16 de noviembre tenía cita en el hospital de Mataró para pasar a la morfina en vena. La consulta fue anulada por la huelga de médicos y el hospital reprogramó la cita para el 28 de marzo, cuatro meses y medio más tarde, fecha en la que Enrique ya habría muerto rabiando. Antonia Benegas, la mujer del paciente, fue al hospital a quejarse, a rogar, a exigir. No le hicieron ni caso: le dijeron que la cita programada no podía modificarse. Cuatro días después el reportero de EL PAÍS llamó al hospital para saber su versión, y una hora más tarde el centro médico telefoneaba a Antonia para adelantar la cita al día 30, es decir, a hoy. "Ha sido un error", declaró un portavoz del hospital.

Ni siquiera estamos hablando aquí de las controvertidas sedaciones terminales, sino de recibir la medicación necesaria para amortiguar un sufrimiento inhumano. Desde el 16 de noviembre hasta hoy han pasado dos semanas, una eternidad de horas de tormento. No corren buenos tiempos para la muerte digna, porque los conservadores acostumbran a mostrar mayores prejuicios y porque los recortes de la crisis se suelen cebar con los más débiles. ¿Cuántas víctimas más habrá ahora mismo en España sufriendo como perros unas agonías innecesarias y atroces? ¿Cuántos ancianos solos que no cuentan con la ayuda de una mujer tan batalladora como Antonia? Y qué decir de todos esos burócratas del hospital de Mataró que no se leyeron el informe o que lo leyeron y les dio igual, esa pequeña gente de corazón de piedra que ignoraron la angustiosa petición de la mujer. Malditos sean.
Rosa Montero

3 comentarios:

lili73 dijo...

Así estamos en todos lados, te dan cita para meses después, no leen los informes médicos de sus pacientes. Os cito algunos casos: mi abuelo falleció en enero del 2000, pues para septiembre de dicho año nos llaman para decirnos que por fin tenemos cita para el cardiologo, a lo cual les dijimos que se la fueran a hacer al cementerio si eran tan amables. Mi sobrino que algunas sabeis tiene muchas enfermedades, así que pasa más tiempo en médicos que en casa, resulta que se olvidan de que es alérgico al augmentine y derivados, pero siempre tiene que estar mi hermana pendiente, ya que si no se fija le mandan ese o algun derivado. Y luego pretenden que los pacientes estemos con ellos en la huelga, no lo entiendo la verdad.

alginet dijo...

La verdad ke no se entiende como pueden tener a una persona con cancer terminal en una agonia de horas interminables y lo digo por experiencia,ver como se ahogan por tener los pulmones encharcados,ke llames a la enfermera y te diga ke su medico no esta ke no entra a hasta las 7 de la mañana y ke ella no l opuede sedar para ke muera en paz fueron como 5 horas de agonia y encima tener los santos cojones y con perdon de tener al otro paciente al aldo no lo sacaron hasta ke mi padre dio el ultimo suspiro de verdad ke es muy fuerte y apoyo ha esta mujer por ke ese sufrimiento solo lo sabe el ke lo pasa ver a un ser kerido rabieando y la impotencia de no poder hacer nada.

pichi dijo...

Esto no se le hace ni a un animal por dios donde vamos a llegar! Alginet leyendo tu comentario me has hecho revivir las ocho horas de agonia que tuvo que padecer mi madre,la excusa de la enfermera:hasta que no venga el medico no esta autorizada a inyectarle el medicamento.Que barbaridad! cuando el medico lo dejo escrito,para que sufriera lo menos posible,pero claro ellas a lo suyo,bien que olia a cafe y tabaco y yo cagandome(perdon por la expresion) en todas ellas. En fin que es inhumano! Y si Lidia encima quieren que les apoyemos,no te digo!Ante esto solo siento rabia e impotencia!.Ojala no se repitiera,cosa que dudo.

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