Si
te gusta leer en el coche para amenizar un viaje, ya sabes a lo que me
refiero: a esa sensación de náusea y mareo que sobreviene pronto o
tarde.
Y
lo hace porque la información que recibe el cerebro de los diferentes
sentidos no concuerda. Lo que nos produce la desorientación espacial, la
náusea y el vómito.
Una persona estima su ubicación espacial gracias a la combinación de
diferentes informaciones provenientes de la vista, el tacto, el oído…
Entre éstas tiene una particular importancia la recibida del oído
interno, por su relación con el equilibrio y el movimiento.
Al leer en un coche en marcha los ojos permanecen fijos en el libro,
incluso la visión periférica capta el interior del coche como una imagen
fija. Todo ello nos comunica que estamos quietos. Si la marcha es
lineal y sin cambios constantes en el desplazamiento, no habrá
problemas (de hecho es lo que ocurre si leemos en un tren en marcha),
pero si el automóvil se sacude, gira o cambia de velocidad, algo
inevitable en un trazado con curvas, los oídos discrepan de esa
información.
Si se sufre mareo ayuda dejar de leer y mirar por la ventana, eliminando así la información contradictoria.
1 comentarios:
joe q interesante, se lo contare a mis pasajeros jajajajaja
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