Osa de Ándara
Famosa mujer-osa de nuestra mitología. Se dice que vive en la región de Andara donde aterroriza a sus habitantes. Habita en el Grajal y Mancodio en verano y en las cavernas de la entrada al desfiladero de la Hermida conforme se va acercando el invierno. A medida que el tiempo empeora, el frío y las nieves la obligan a bajar a Andara. Se dice que es muy brava y forzuda atacando sin cobardía solo a aquel que le irrita. Tiene cara de mujer, aunque está arrugada y quemada por el sol. Asimismo, sus rasgos están desdibujados por su aspecto bestial. Sus cabellos están arremolinados y son oscuros como el carbón. Sus brazos y piernas están cubiertos también por un espeso pelambre semejante al de un oso, de donde viene su nombre. Se cubre el cuerpo con un traje raído y harapiento así como con pieles de cabritillo. Se alimenta de leche, castañas, raíces y maíz, aunque también se dice que mantiene con ella un rebaño de ovejas que ella misma roba y de las que se alimenta. También captura a veces un rebeco recien nacido al que cría y domestica y que no sacrifica hasta que ha encontrado otro para suplirle.
Tentirujo
Duende malicioso de orejas puntiagudas, manos largas y piel parduzca de ropajes rojizos y boina en la cabeza. Se dedica a pervertir a las muchachas solitarias mediante caricias que realiza mientras se encuentra invisible con la ayuda de una planta joven de mandrágora que, siempre que realiza sus fechorías, lleva en la mano. Las muchachas que han pasado por esa singular experiencia cambian de conducta pasando de ser solitarias a volverse alegres y apasionadas. Se cree que el tentirujo puede tener cierta relación con la diablesa de la lujuria Masabakes y que es ella quien le indica el lugar donde debe actuar ayudándole a transportarse hasta allí.
TrentisDuendes de la mitología cántabra cubiertos de hojas, musgo y raíces; sus cara son sensiblemente negras y sus ojos de color verde.
Tienen un comportamiento exageradamente bromista, siendo el típico duende malicioso y pícaro. Gustan de esconderse entre arbustos y matorrales con la intención de sorprender a las muchachas jóvenes para poder tirarlas de las faldas. Acostrumbran a dormir en los árboles durante el verano mientras que durante el invierno duermen en las torcas. Se alimentan sobre todo de panojas y endrinas, aunque nunca se les ha visto beber agua puesto que se sabe que los trenti tienen un miedo terrible al agua ya que esta resulta venenosa para ellos, pudiendo resultarles mortal. Tambien son duendes, pero a diferencia de los trasgus, estos suelen ayudar al hombre sin que lo sepan, siendo particularmente buenos con los niños. Cuando alguien pierde algo, se entonaba una cancioncilla y el trenti solia hallar lo perdido. Siempre deseando agradar, ayudan a las ancianas que no pueden valerse ya los pastores que pierden el ganado tras la tormenta o las fechorías del ojáncano. Quien los ha visto los describe con pelo rojuco, ojos marrones y de mirada limpia, con ropa de musgo y hebillas de plata, zapatines de pieles de animales y un leve tintineo, como de gotas de lluvia que siempre se oye cuando se mueve.
Famosa mujer-osa de nuestra mitología. Se dice que vive en la región de Andara donde aterroriza a sus habitantes. Habita en el Grajal y Mancodio en verano y en las cavernas de la entrada al desfiladero de la Hermida conforme se va acercando el invierno. A medida que el tiempo empeora, el frío y las nieves la obligan a bajar a Andara. Se dice que es muy brava y forzuda atacando sin cobardía solo a aquel que le irrita. Tiene cara de mujer, aunque está arrugada y quemada por el sol. Asimismo, sus rasgos están desdibujados por su aspecto bestial. Sus cabellos están arremolinados y son oscuros como el carbón. Sus brazos y piernas están cubiertos también por un espeso pelambre semejante al de un oso, de donde viene su nombre. Se cubre el cuerpo con un traje raído y harapiento así como con pieles de cabritillo. Se alimenta de leche, castañas, raíces y maíz, aunque también se dice que mantiene con ella un rebaño de ovejas que ella misma roba y de las que se alimenta. También captura a veces un rebeco recien nacido al que cría y domestica y que no sacrifica hasta que ha encontrado otro para suplirle.
Tentirujo
Duende malicioso de orejas puntiagudas, manos largas y piel parduzca de ropajes rojizos y boina en la cabeza. Se dedica a pervertir a las muchachas solitarias mediante caricias que realiza mientras se encuentra invisible con la ayuda de una planta joven de mandrágora que, siempre que realiza sus fechorías, lleva en la mano. Las muchachas que han pasado por esa singular experiencia cambian de conducta pasando de ser solitarias a volverse alegres y apasionadas. Se cree que el tentirujo puede tener cierta relación con la diablesa de la lujuria Masabakes y que es ella quien le indica el lugar donde debe actuar ayudándole a transportarse hasta allí.
TrentisDuendes de la mitología cántabra cubiertos de hojas, musgo y raíces; sus cara son sensiblemente negras y sus ojos de color verde.
Tienen un comportamiento exageradamente bromista, siendo el típico duende malicioso y pícaro. Gustan de esconderse entre arbustos y matorrales con la intención de sorprender a las muchachas jóvenes para poder tirarlas de las faldas. Acostrumbran a dormir en los árboles durante el verano mientras que durante el invierno duermen en las torcas. Se alimentan sobre todo de panojas y endrinas, aunque nunca se les ha visto beber agua puesto que se sabe que los trenti tienen un miedo terrible al agua ya que esta resulta venenosa para ellos, pudiendo resultarles mortal. Tambien son duendes, pero a diferencia de los trasgus, estos suelen ayudar al hombre sin que lo sepan, siendo particularmente buenos con los niños. Cuando alguien pierde algo, se entonaba una cancioncilla y el trenti solia hallar lo perdido. Siempre deseando agradar, ayudan a las ancianas que no pueden valerse ya los pastores que pierden el ganado tras la tormenta o las fechorías del ojáncano. Quien los ha visto los describe con pelo rojuco, ojos marrones y de mirada limpia, con ropa de musgo y hebillas de plata, zapatines de pieles de animales y un leve tintineo, como de gotas de lluvia que siempre se oye cuando se mueve.
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