CLUB DE COTORRAS

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Ya sé que este es el blog de todas pero hoy hablando con Julia he recordado mucho a mi abuelo y la nostalgia se ha hecho presente.

Nací en Alemania, mis padres estaban allí como emigrantes. Mi abuela jamás había salido sola de Santander pero cogió sus cosas y se presentó en un pequeño pueblo alemán a buscarme y con unos meses me llevó a España. Me crié con ellos y de ellos son todos mis primeros recuerdos: paseos de la mano de mi abuelo viendo aviones volar, subiendo las escaleritas de Mataleñas,...

Mis padres volvieron y lógicamente me llevaron con ellos pero yo sentía una nostalgia tremenda y alguna vez me escapaba del colegio para ir a su casa, estaba muy lejos pero yo sabía que era todo recto y que tarde o temprano llegaría. Buenas tortas me gané por ello.

Mi abuelo era un ser entrañable, con genio, como buen Guardia Civil, pero más bueno que el pan. No soy capaz de recordar ni una mala voz ni un azote, nada. Yo era su niña, incluso les propuso a mis padres quedarse conmigo. Me pasaba el año deseando que llegara el verano para irme con ellos al puebilto de La Rioja.

Para que os hagais idea del tipo de persona que era os contaré dos anécdotas que me contaron sobre él.

Una siendo mi padre joven iba con una moto a toda leche y le paró (aún no le conocía como novio de mi madre) y en vez de castigarle le dijo: "Hijo mío qué haces así como un loco, no ves que te vas a matar, qué no te vea yo otra vez ¿eh?"

La otra me la contaron mayores de pueblos en los que él estuvo, Soria, La Rioja, la montaña de Santander... La gente lo pasaba mal y muchos recurrían al extraperlo. Cuando mi abuelo se enteraba de que iban a pasar algo por una zona se llevaba a su compañero hacia la contraria para que la gente pudiera sacarlo. Así le querían todos.

Hace algo más de un año que no está y cada día le echo de menos. Sus últimos días ya no conocía, pero llegué yo, le preguntaron ¿quién es esta? y dijo: " la mi niña". Le cuidé una semana y tuve que volverme a Salamanca. No le vi morir y me alegro, prefiero recordarle mirándome y conociéndome e imaginándome de su mano viendo volar los aviones.

6 comentarios:

Julia dijo...

Siempre que me cuenta alguien algún pedazo de su vida veo el amor que hay por el mundo, tambien hay pena, pero todo ese amor que encuentro...
No entiendo cómo es posible que vaya así el mundo habiendo personas en él con tanto amor en el corazón.
Gracias por compartir el amor de tu abuelo con todas nosotras.

Chispi dijo...

No puedo decir nada.....Me he emocionado tanto que estoy llorando como una boba. Un beso.

susana (despiste) dijo...

Cuánto amor encierra ese recuerdo a tu querido abuelo!!!!!!!!!!!!....Creo que todos nos partimos un poquito cuando los perdemos, pero estamos seguros que sus recuerdos seguiran perdurando para siempre en nuestra alma!!

alginet dijo...

ya te he visto chispi eres maravillosa bueno un besico hasta mañana

susanita dijo...

Hermoso recuerdo de tu abuelo, es maravilloso cuando una tuvo la suerte de compartir momentos con ellos. Me trajiste a la memoria a mi abuelo Pedro, italiano del Piamonte que lleno mi infancia con anecdotas de su pueblo natal y que yo escuchaba embelezada.

alex dijo...

Marta, los recuerdos que tienes llenaran el resto de tu vida y al compartirlos hoy conmigo, llenan también la mía, de la misma manera que sufro con las penas de otras personas, me regocijo con la belleza de las historias vividas por otras personas y las hago mias, como si yo las hubiese vivido tambien, por eso he de decirte que fui muy feliz con tu abuelo que es el mio.
Besos enormes Marta, nos vemos en unos dias, amiga¡

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